“Nosotros pedimos votos, no los compramos. Cs no puede seguir apoyando a esta derecha extrema que trata de aniquilarlos usando los peores métodos”, dice José Luis Ábalos
Presión por derecha e izquierda. La compleja situación interna que atraviesa Ciudadanos, desatada por la fallida moción de censura en Murcia, es un arma política que intentan aprovechar PP y PSOE. Los populares iniciando una campaña para fichar a cargos naranjas, los socialistas para incrementar su empuje para lograr pactos en distintas instituciones y aumentar cuota de poder. Así, desde la dirección socialista se “anima” a Cs a que “por dignidad propia rompan todos sus pactos den gobierno en ayuntamientos y comunidades con el PP”.
La presión se produce cuando se debate en las Cortes de Castilla y León la moción de censura presentada por el PSOE contra el gobierno de coalición entre PP y Ciudadanos. La censura frustrada en Murcia puede marcar un camino de entendimiento, que según los socialistas debiera empezar por esta comunidad, acrecentado por el ataque y la “compra de voluntades” del PP sobre cargos naranjas.
“Nosotros pedimos votos, no los compramos. Cs no puede seguir apoyando a esta derecha extrema que trata de aniquilarlos usando los peores métodos. El PP no busca aliados, sino cómplices, clientes y vasallos”, ha expuesto José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes y Vivienda, tras la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE. Precisamente Ábalos fue uno de los hombres clave del PSOE en el impulso de la fallida moción de censura en Murcia junto a Ciudadanos.
En el PSOE quieren aprovechar la debilidad política de Ciudadanos para retomar la estrategia que pusieron en marcha en 2019, tras las elecciones autonómicas y municipales, donde el PSOE tendió la mano en distintos lugares a los naranjas para gobernar y desplazar al PP. Unas alianzas que tuvieron su máximo reflejo en Castilla-La Mancha, donde los socialistas lograron el gobierno de 20 alcaldías gracias al pacto con Cs.
En el PSOE creen que el giro al centro que ha impuesto Inés Arrimadas, para situar a su formación en la disposición de pactar con PP y PSOE, puede ser la puerta de entrada a recuperar territorios donde ganaron las elecciones pero la decisión de Albert Rivera en 2019 de priorizar pactos con el PP para disputar el liderazgo del centroderecha les impidió gobernar. Y advierten a los naranjas de que su relación con los populares puede perjudicarles.
“La supuesta unificación del centroderecha no requería de que el PP girase el centro, sino más bien que de que comprara votos aprovechando la miseria política de algunos y de que abriera una planta en la sede nacional para traidores”, ha expuesto Ábalos en alusión tanto a Cs como al fichaje del ex secretario de Organización naranja, Fran Hervías, por el PP.
Desde el PSOE no escatiman en describir al PP como un partido que aglutina “financiación ilegal, espionaje político de adversarios, tramas parapoliciales, compra de voluntades… no sienten vergüenza de la corrupción, se vanaglorian de ella”, ha descrito Ábalos.
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