Mundial de Fútbol 2022
España-Grecia (J, 20.45 h.)
El seleccionador encara el primero de los tres partidos de clasificación para el Mundial en su versión más tranquila, sin polémicas.
Luis Enrique, durante un entrenamiento esta semana.
Luis Enrique es un hombre volcánico. Pero, como todos los volcanes, pasa sus temporadas en calma. Luis Enrique está en una de esas temporadas. Está tranquilo, calmado, relajado. La selección, después del 6-0 a Alemania en noviembre y a dos meses vista de la lista de la Eurocopa, se aprovecha en cierto modo del desinterés que el público tiene por la selección, y quizá por eso hasta sonríe en las ruedas de prensa.
No le importa que le pregunte si Ramos va a jugar los tres partidos -“no creo que ningún jugador esté los 90 minutos en los tres partidos”-, ni tampoco por si la prensa española ha sido justa con De Gea -“las críticas están ahí y hay que aceptarlas”-, tampoco por cómo va a plantear los partidos ante Grecia, Georgia y Kosovo.
De hecho, hasta bromea. En los últimos días, un periódico inglés, el ‘Daily Mail’, publicó que Guardiola había fichado para el Manchester City a tres astrofísicos que le ayudaban en la selección de datos y, por tanto, en la selección de los jugadores. En las alineaciones, en resumen. Le han preguntado por ello este miércoles. “Define astrofísicos”, ha replicado al periodista, para después negarlo. “¿Astrofísicos? No, no llegamos a ese nivel”.
Sonreía el asturiano porque dirige uno de los cuerpos ténicos más modernos del mundo, porque se agarra a las nuevas tecnologías para desarrollar su trabajo. El ya famoso andamio desde el que ve los entrenamientos es el elemento más visible, pero detrás de eso hay un montón de tecnologías que, por ejemplo, dan con los huesos de alguien tan aparentemente desconocido como el portero Robert Sánchez. Pero no, astrofísicos, de momento, no hay en Las Rozas.
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