Iglesias hace una “valoración positiva” de su gestión en el Gobierno mientras PP y Cs le acusan de haberse dedicado a “polarizar y crispar”
Rifirrafe entre Sánchez y Casado con acusaciones de “corrupción”, “traición” y “transfuguismo”
Sesión de control en el Congreso a un Gobierno en vísperas de remodelación. Pablo Iglesias ha anunciado su marcha pero aún sigue ocupando el sillón azul de vicepresidente segundo, en una maniobra que le permite, sin perder los privilegios del cargo, aguardar el comienzo de la campaña electoral en Madrid. Una maniobra que suscita el rechazo de la oposición que exige su salida inmediata del Ejecutivo y que se suma a la guerra sin cuartel y multipartidista que ha generado la moción de censura en Murcia, el adelanto electoral en Madrid y la inestabilidad que destila la Moncloa.
Una sesión parlamentaria que se ha convertido en una batalla campal entre Gobierno y oposición acusándose mutuamente de “robar”, “corromper”, “traicionar” e “intrigar”.
Según el líder del PP, el país está “harto” de todo lo que sucede y de que “todo valga” para mantener el poder. Los españoles están hastiados de ver, según Pablo Casado, cómo aumentan los muertos, quiebran las empresas o crecen las filas del paro, mientras Sánchez se reparte los ministerios con un partido imputado y permite que Iglesias ocupe un sillón en la bancada azul para “no hacer nada”. Casado ha vaticinado que el 4 de mayo “ganará en Madrid la libertad”.
El presidente le ha reprochado, a cuenta de los movimientos que han sacudido el mapa político español esta semana, empezando por Murcia y acabando en Madrid y en la propia Moncloa, “malas artes”, “corrupción”, “transfuguismo” y “cambio a la ultraderecha”. “Representan ustedes”, ha dicho, “la peor versión del PP”.
Después, la portavoz parlamentaria de los populares, Cuca Gamarra, ha acusado al Gobierno de dedicar el tiempo a “intrigar”, “planificar chapuceras mociones de censura en los despachos” y “conspiraciones de pacotilla” y hacerlo en plena pandemia. La vicepresidenta primera ha replicado que lo que hace el Gobierno es “tajo y trabajo” y “sin ayuda del PP”.
El popular Teodoro García Egea ha disparado directamente contra Pablo Iglesias pidiéndole que explique a qué ha dedicado su tiempo mientras ha permanecido en el Gobierno. El todavía vicepresidente segundo ha respondido acusando a García Egea de dedicarse a “comprar” voluntades probablemente “con dinero de algún constructor” y pertenecer a un partido “fundado por nueve ministros franquistas”. Según Iglesias el PP “no le llega a la suela de los zapatos” a los comunistas.
El líder de Unidas Podemos ha hecho una valoración “positiva” de su gestión en el Ejecutivo algo que ha puesto en duda el portavoz de Cs, Edmundo Bal, que le ha recordado que “huye del trabajo” para dedicarse a lo que siempre le ha gustado, “crispar, polarizar y crear bandos”. Para Bal, la salida de Pablo Iglesias es una buena noticia para los españoles y para el propio Sánchez que, ha dicho, “ahora podrán dormir más tranquilos”.
La sesión de control ha puesto de manifiesto además el deseo de Pedro Sánchez de intentar estrechar relaciones con las fuerzas independentistas y minoritarias. Así, le ha prometido al portavoz de ERC , Gabriel Rufián, convocar la mesa de diálogo de Cataluña en breve y, después, al representante de Más País, Íñigo Errejón, su voluntad de revisar los planes de salud mental para atajar los efectos de la pandemia. Errejón con su demanda ha cosechado los aplausos del PSOE y la ironía del PP.
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