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jueves, 5 de noviembre de 2020

La revancha de En-Nesyri: de las lágrimas de Budapest al éxtasis ante el Krasnodar

Champions League

Jueves,
5
noviembre
2020

19:16

El delantero marroquí se reivindica con sus goles ante el equipo ruso, que posibilitaron la remontada. Suma 10 goles en 36 partidos con el Sevilla

GRAF4266. SEVILLA.- El delantero marroquí del Sevilla, Youssef En-...

En-Nesyri celebra tras marcar el tercer gol ante el Krasnodar.
Julio Muñoz EFE

A veces no basta con el talento. Hay que tener fútbol en las botas y cabeza para cuidarlo. Venir llorado de casa. Morir en cada error y resucitar a la jugada siguiente. No enfangarse en los goles que no fueron, abrazarse con párvula felicidad a los aciertos. Youssef En-Nesyri (Fez, Marruecos, 1997) costó al Sevilla FC 20 millones de euros. Cinco años de contrato y la sombría responsabilidad del gol. Llegó en invierno, como los viajeros extraviados. El equipo de Lopetegui apuntaba maneras, pero se quedaba huérfano cuando se acercaba a la portería rival. Dabbur y Chicharito ya habían hecho las maletas. De Jong aún volaba con desmayo. El marroquí no venía por ser un goleador irrebatible, 5 goles en 41 encuentros con el Málaga y 15 goles en 53 encuentros con el Leganés, sino por aportar variantes a la vanguardia nervionense. Desborde, perseverancia, celeridad, presión, juventud y un futuro ilusionante. “Si es caro o barato, el tiempo lo dirá”, dijo Monchi el día de su presentación.

Su peor noche como sevillista la pasó a finales de septiembre en Budapest. El Sevilla disputaba la final de la Supercopa de Europa frente al Bayern Munich en el Puskas Arena. Fue un partido exigido, igualado, tenso. Un reinado de fiereza y contención. Un tuteo de 90 minutos. En-Nesyri entró en el 55 con un 1 a 1 en el marcador. Cuando el choque moría ya en el reloj y en el músculo, el Sevilla montó un contraataque tras un córner baldío de los bávaros. El ariete africano se lanzó hacia la meta defendida por Neuer. Un sprint de área a área. Recepcionó la asistencia de Ocampos y encaró al arquero alemán. En su empeine anidaba el gol de la victoria. El título. El confeti. La gloria. Acomodó el cuerpo. Telegrafió el disparo. Neuer era mínimo. Tapaba como podía las puertas del infierno. El punta disparo tibio y raso. La mano del cancerbero secó el paraíso. El Sevilla terminó claudicando en la prórroga. En-Nesyri, esmorecido sobre la hierba, torturado por el error, fue abrazado por sus compañeros. “Cuando ganamos, ganamos todos, y cuando perdemos, perdemos todos”, escribió después Óliver Torres.

El gol es un caldo caliente, el delantero un viajero aterido. En-Nesyri necesitaba una noche como la que protagonizó frente al Krasnodar. Los focos de la Champions. Las dudas a su alrededor. Un equipo renqueante. Y dos tantos para culminar una remontada crucial. Con un hombre menos, con futbolistas ocupando sus posiciones casi por inercia, con todo fiado al ataque, En-Nesyri logró batir por partida doble a Safonov, que estaba realizando un encuentro majestuoso. Allí demostró responsabilidad y arrojo. Esta vez, no le temblaron las piernas. “Siempre soy positivo, tengo que seguir trabajando y darlo todo por el equipo”, dijo tras el partido, transformando su rabia en humildad.

Apuesta de Monchi

En-Nesyri es una apuesta de Monchi. Un futbolista en gestación que necesita confianza y trabajo. Una apuesta arriesgada que con cuentagotas empieza a dar sus frutos. Los errores sepultan los aciertos, sobre todo en una afición tan severa como la del Sevilla, que no se casa con nadie, que no entiende de melosidades ni galanterías. Pero el magrebí empieza a reivindicarse. 10 goles en 36 partidos lleva con el escudo nervionense en el pecho. Un tanto cada 148 minutos. Sin ser titular, suele ser importante en los encuentros. Lopetegui lo usa de dinamitero, para abrir partidos embotados o dar velocidad al juego, sustituyendo habitualmente a De Jong, un delantero muy diferente, con más pausa, juego de espaldas, de sujeción y control del juego. La posibilidad de hacerlos jugar juntos, cambiando el dibujo, está sobre la mesa. Pero el marroquí pierde en la banda y el holandés está más cómodo con amplitud en el área para su brega, sin ceder espacios a la improvisación.

“La vida siempre te ofrece revanchas”, le dijo Monchi a En-Nesyri tras el gol que el marroquí anotó al Levante en Liga hace un mes. Aquella fue la última victoria del Sevilla en la competición, en la que suma un punto de los últimos doce disputados. El equipo blanquirrojo quiere arropar a un delantero por pulir. Cada error es una traviesa rota que anima al descarrilamiento, por eso el director deportivo, el entrenador y la plantilla miman a un futbolista con un mundo por delante y un puñado de errores que deben pronto dejarse atrás. Paso a paso. Gol a gol. Orgullo y revanchas.

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